Los mercados financieros tienen una marcada función social desde su nacimiento, ya que su razón de ser es canalizar recursos para el crecimiento de las empresas y, por tanto, de la economía en su conjunto, lo que repercute en beneficio de la sociedad. Los países en los que las empresas diversifican sus fuentes de financiación gracias a los mercados de capitales tienen economías más sólidas y resistentes.
En los últimos años han crecido con fuerza las finanzas sostenibles, de la mano de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y la Agenda 2030, que requieren una inversión anual de 6 billones de dólares, para lo que es necesaria la participación del sector privado. La mayor preocupación por la sostenibilidad de los inversores y el creciente compromiso de las empresas cotizadas con esta cuestión son los otros pilares del auge actual de las finanzas sostenibles.
BME está comprometida con la sostenibilidad, que forma parte de su ADN. Este compromiso se articula por una doble vía: como empresa y como gestora de los mercados financieros.
Como compañía, BME cumple los más exigentes estándares de sostenibilidad, promueve eventos sostenibles, impulsa la cultura financiera y pertenece a iniciativas internacionales como el Pacto Mundial o la Sustainable Stock Exchanges.
Como gestora de los mercados financieros, BME es el hábitat natural del desarrollo de las finanzas sostenibles en cualquiera de sus formas, desde la inversión con criterios socialmente responsable en Renta Variable, gracias al índice FTSE4Good IBEX, hasta el desarrollo de los bonos con criterios ASG (Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo).