El ejercicio de 2010 ha estado presidido por una permanente incertidumbre asociada a un crecimiento incipiente pero débil en las economías avanzadas y sus consecuencias sobre la digestión de los grandes volúmenes de deuda contraídos por el sector privado en la incubación de la crisis y por el sector público para tratar de superarla. En este escenario, el proceso de recuperación de la estabilidad financiera, que parecía más o menos controlado, ha sufrido retrocesos importantes. Las autoridades monetarias de las principales áreas económicas mundiales se han visto obligadas a desplegar todo un arsenal adicional de medidas convencionales y no convencionales, inusuales y en ocasiones controvertidas, tanto para apoyar al sector bancario como para intentar reactivar el crecimiento económico. A pesar de estas medidas y de los ingentes recursos movilizados para evitar su colapso desde el inicio de la crisis, el sector bancario ha sido fuente de tensiones y tiene dificultades para cumplir su cometido como canalizador del crédito al sector privado, factor que se atisba como esencial para que éste pueda convertirse en el motor de la recuperación sustituyendo el impulso público. Los factores anteriores se han dado cita en España donde la Bolsa y la Deuda Pública han reflejado con volatilidad y descensos de precios la combinación de debilidad económica, elevado déficit fiscal y endeudamiento exterior, y dudas sobre la situación real de una parte del sistema bancario. No obstante las cifras de actividad, especialmente las relativas a negociación, se han mostrado consistentes y realzan el valor de la liquidez de los mercados regulados, especialmente en momentos dónde la confianza flaquea.
Los principales índices de los mercados bursátiles mundiales han arrojado en 2010 resultados dispares que van desde las significativas ganancias de los principales indicadores de la Bolsa alemana (16%) o norteamericana (11%) hasta las importantes pérdidas de los índices de España (-17%), Grecia (-42%) o Italia (-13%).
En el caso de España el principal indicador bursátil, el IBEX 35, que encabezaba el año pasado las ganancias de las principales bolsas mundiales, se ha visto penalizado en 2010 por el riesgo país y la debilidad del sector financiero europeo y cayó finalmente un 17,43% anual, tras haber oscilado a lo largo del ejercicio en una amplísima banda del 35% entre su nivel máximo y mínimo. El castigo a las cotizaciones del sector financiero-inmobiliario, casi un 32% anual, ha sido el principal lastre del mercado.
La penalización en los precios de gran parte de las acciones cotizadas no ha supuesto, sin embargo, una merma en los niveles de actividad registrados. Los volúmenes de negociación de renta variable alcanzados en 2010 en la Bolsa española volvieron nuevamente a superar el billón de euros como reflejo de que, a pesar de las tensiones, el modelo de mercado ha funcionado con solvencia y la liquidez continúa siendo uno de los puntos fuertes del mercado de valores nacional. De hecho, en 2010 se ha conseguido un nuevo récord histórico de negociaciones cruzadas en acciones: algo más de 40,5 millones.
De entre los principales mercados regulados europeos el importe negociado en acciones a través de sistemas electrónicos correspondiente a la Bolsa española es el que más crece en 2010 frente a lo acontecido en 2009 (un 15%). En un contexto de creciente fragmentación de los centros de negociación el mercado español ha concentrado casi el 99% de la contratación de las acciones de sus compañías cotizadas y en el balance de la década, el importe de la negociación de acciones en la Bolsa española ha incrementado su peso en Europa de forma constante. En 2000 era del 7% y en 2010 es del 14%.
También durante los últimos años las horquillas de liquidez de las acciones españolas cotizadas (el spread o distancia entre el mejor precio de oferta y el mejor de la demanda) han disminuido sensiblemente y permanecen sistemáticamente en niveles muy estrechos y eficientes aún cuando las condiciones de mercado acentúan la volatilidad. La horquilla media del IBEX 35 se ha movido durante gran parte del año entre el 0,07% y el 0,09%.
La liquidez del mercado se aprecia, también un año más, en los volúmenes de negociación de acciones de los principales valores españoles cotizados. Las acciones de Santander, Telefónica y BBVA están entre los cinco valores más líquidos del área euro. De acuerdo con los datos agregados de 2010 del índice paneuropeo EuroStoxx 50, que agrupa los cincuenta principales valores cotizados de las bolsas del área euro, las acciones de estas compañías españolas figuran en primer, segundo y cuarto puesto por importe anual negociado.
La capitalización del mercado español cerró el año en 1.071.633 millones de euros, un 3,2% menos que al cierre de 2009. La pérdida de valor del sector financiero e inmobiliario aglutina aproximadamente el 55% de la caída de la capitalización de las empresas españolas en Bolsa. El número de compañías admitidas en todos los segmentos de la bolsa española cerró el año en 3.355, cifra inferior a la del año anterior por la desaparición de algunas SICAVs cotizadas en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB).
En cuanto a los resultados de las compañías, estos han confirmado el punto de inflexión que se apuntaba en los últimos trimestres de 2009 y gracias en buena medida a la diversificación geográfica de las fuentes de ingresos de las principales compañías cotizadas, a lo largo de 2010 se ha producido un progresivo avance hacia la recomposición del beneficio del conjunto de sociedades listadas. A cierre del tercer trimestre los beneficios generados por el conjunto de las compañías domesticas cotizadas en el mercado principal alcanzaban los 37.293 millones de euros, un 12,7% más que en igual periodo del pasado año.
A pesar de las difíciles circunstancias por las que ha atravesado la Bolsa española durante el año, la vocación de compromiso con el inversor ha vuelto a quedar patente en el esfuerzo realizado por las empresas para mantener la retribución a sus accionistas. En 2010 las empresas repartieron entre sus accionistas 24.593 millones de euros brutos por distintos conceptos retributivos, especialmente dividendos. Por su relativa novedad, es preciso destacar que entre los instrumentos utilizados para retribuir al accionista en este período ha ganado peso el uso del pago en especie, bien con acciones procedentes de la autocartera o bien emitiendo acciones nuevas a través de ampliaciones de capital.
Las favorables expectativas que se abrían al final de 2009 para la actividad corporativa de las compañías cotizadas no se han cumplido con la brillantez esperada como consecuencia de las mayores incertidumbres en el sistema financiero y la debilidad de la actividad en las economías desarrolladas. No obstante, sigue vigente un escenario en el cual por las mayores dificultades para el acceso a la financiación bancaria y el convencimiento de que el volumen de endeudamiento debe reducirse, tenderá a incrementarse el peso de la financiación en forma de capital y por tanto el papel de los mercados bursátiles.
En España las salidas a Bolsa durante 2010 se han comenzado a reactivar y, hasta el día 1 de diciembre, eran ya diez las nuevas empresas que se habían incorporado a distintos segmentos de la Bolsa española mediante Ofertas Públicas de Venta y de Suscripción (OPVs y OPSs).
Las colocaciones más relevantes han sido las de Amadeus y Enel Green Power que se han incorporado al mercado principal, mientras ocho compañías han aterrizado con sus acciones en el segmento de empresas en expansión del Mercado Alternativo Bursátil (MAB). Es en este mercado donde mejor comienza a plasmarse la consideración de la Bolsa como instrumento de financiación poderoso.
Las empresas cotizadas han ampliado capital en 2010 por un equivalente monetario de 14.293 millones de euros, un 26% más que en 2009. Los fondos captados por las empresas mediante la emisión de acciones nuevas con desembolso en efectivo se aproximaron a los 11.600 millones de euros, el mayor volumen de los últimos diez años.
Las mayores operaciones corporativas del año han sido protagonizadas por las principales compañías del mercado español: Telefónica, BBVA y Santander. La empresa líder en telecomunicaciones ha protagonizado una de las mayores operaciones financieras mundiales del año al adquirir el control total de la compañía de telefonía móvil brasileña Vivo. Los bancos españoles de referencia internacional en Bolsa, BBVA y Santander, han protagonizado operaciones relevantes en Turquía y Polonia.
El Mercado Alternativo Bursátil (MAB) para empresas en expansión, promovido por BME y diseñado para facilitar el acceso de las medianas y pequeñas empresas a los mercados de valores, ha vivido en 2010 su segundo año de funcionamiento efectivo. Al cierre del ejercicio eran 12 las compañías cotizadas. Las 10 nuevas incorporaciones del año refrendan el atractivo del MAB como una alternativa para que empresas de menor tamaño puedan conseguir no solo financiación sino también liquidez para sus accionistas, una valoración permanente o el reconocimiento público de la compañía.
Por su parte, distintas Administraciones Públicas nacionales han entendido la importancia de la puesta en marcha del MAB como un mecanismo útil para potenciar las bases del desarrollo del tejido productivo local y nacional y lo han apoyado con incentivos fiscales o ayudas económicas a las empresas y los inversores.
Los mercados de Renta Fija, especialmente aquellos en los cuales se negocia Deuda Pública, han vuelto a reflejar con intensidad las tensiones financieras mundiales. Si en 2008 fue la desconfianza sobre la situación real de las instituciones bancarias y el desplome de la actividad económica lo que convulsionó los mercados de Deuda corporativa, en 2010 ha sido la Deuda Pública de los países con posición fiscal más crítica y crecimiento débil la que ha concentrado las tensiones.
Entre los países del área del euro, el desplome de las cotizaciones de los títulos de Deuda soberana griega durante la primera parte del año y posteriormente los de Irlanda, aconsejó la necesidad de un rescate coordinado y ordenado que garantizara la financiación de estos países durante un periodo largo de tiempo y que evite que tengan que acudir a los mercados de deuda. A pesar de estas actuaciones conjuntas, el deterioro de la confianza se ha dejado sentir sobre la Deuda Pública de otros países del euro como Portugal, España o Italia, impulsando al alza las rentabilidades y el diferencial de tipos sobre los bonos alemanes, referencia de la Deuda Pública del área euro.
La actividad en los mercados europeos de renta fija ha sido muy intensa y, en esa línea, la contratación en la plataforma electrónica de deuda pública de Bolsas y Mercados Españoles (BME) ha experimentado un notable incremento en este año, hasta alcanzar un volumen total de 236.274 millones de euros, un 72% más que en 2009.
El mercado de Deuda Corporativa ha mostrado un razonable nivel durante el año 2010 aunque los emisores han encontrado más dificultades para colocar sus títulos que en años precedentes. Por ello del número de emisiones registradas, la mayoría de ellas lo han sido por importes o volúmenes inferiores a los de ejercicios anteriores. El volumen anual negociado en el mercado de Deuda Corporativa de BME se situará ligeramente por encima de los 3 billones de euros en 2010.
El mercado primario cerró el año con un volumen total de admisiones a negociación de 223.444 millones de euros, que situó el saldo vivo en 850.186 millones de euros, ligeramente menor, un 2,4%, al existente un año antes.
Un importante hito del mercado de Deuda Corporativa de BME en 2010 ha sido la creación y puesta en marcha de una plataforma electrónica de negociación de renta fija destinada a inversores particulares, denominada Sistema Electrónico de Negociación de Deuda (SEND). A mitad de diciembre, en SEND pueden contratarse alrededor de cincuenta emisiones distintas, cuya colocación se haya realizado entre inversores particulares. En el futuro se irán añadiendo las nuevas emisiones que se destinen al público minorista.
La creación de SEND, una de las primeras iniciativas en este campo a nivel mundial, supone un importante avance de cara a mejorar la transparencia y la liquidez del mercado español de Deuda Corporativa que se anticipa a los requerimientos que puedan darse en el futuro para la Renta Fija en la normativa comunitaria.
El debate sobre la nueva regulación del sector financiero sitúa de nuevo en su foco a los mercados de productos derivados en 2010. Por una parte se mantiene la tendencia a encauzar estos productos hacia mercados organizados como vía para una creciente estandarización de los mismos y para que se compensen a través de Cámaras de Contrapartida Central (CCP) y, por otra, se pretende impulsar la transparencia de operaciones OTC con dificultades para ser estandarizadas a través del uso de registros de operaciones, los conocidos como trade repositories.
En el ámbito de la evolución del mercado español, el año 2010 se ha caracterizado por la vuelta de niveles medios de volatilidad muy por encima de la media histórica del mercado y picos de volatilidad cercanos al 60% que no se conocían desde el año 2008.
El mercado de Derivados de BME ha registrado una especial actividad en lo que se refiere al segmento de Futuros y Opciones sobre Índices, aunque el volumen total de contratos negociados en todos los productos ha experimentado una reducción del 24% hasta los 70 millones de contratos.
Factor de especial relevancia en este año para el mercado español de derivados lo constituye la entrada en vigor de la nueva normativa que regulará estos mercados oficiales. A través del Real Decreto 1282/2010 aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 15 de octubre se regulan los mercados secundarios oficiales de futuros, opciones y otros instrumentos financieros derivados. Se trata de una norma fundamental ya que autoriza la creación de mercados de futuros y opciones “cualquiera que sea el subyacente” y abre la posibilidad de que la Cámara de Contrapartida de MEFF actúe como tal no sólo con los futuros y opciones financieras sino con otros instrumentos, entre ellos los repos o productos de energía.
2010 ha sido, sin duda, el año más brillante de la corta historia de los Fondos Cotizados en España. Entre los hechos determinantes destaca el cambio de regulación aprobado en el mes de junio y que contempla la figura de la SICAV índice cotizada. También se da luz verde a la posibilidad de utilizar, además de la renta fija y la renta variable, cualquier otro subyacente que la CNMV autorice expresamente. Al cierre de diciembre se contabilizaron en el año operaciones por valor de 5.968 millones de euros de efectivo, lo que representa un aumento del 72% frente a lo registrado en 2009.
La lista de logros incluye el número de ETFs cotizados, que ascendía a 65 al terminar el año y un volumen de activos bajo gestión que se ha multiplicado por tres en dos años y superaba los 37.000 millones de euros desmarcándose de la corriente de reembolsos que afecta a los Fondos tradicionales.
En el mercado de warrants, certificados y otros productos, el número de emisiones vivas a disposición de los inversores cerró el año 2010 con 3.375 referenciadas a 121 activos subyacentes, cifra superior a la de cierre de 2009. Además sigue ampliándose el abanico de productos que cotizan con las novedades de 2010: los Bonus warrant y los Bonus cap warrant.
Las economías latinoamericanas se han recuperado con más rapidez de lo previsto de la crisis financiera y económica mundial y se desempeño ha vuelto a ser brillante en 2010 con un crecimiento que se acercará al 6% de promedio. Latibex, el mercado en euros para valores latinoamericanos de la Bolsa española, ha reflejado fidedignamente esta coyuntura y las favorables perspectivas y la rentabilidad anual del índice FTSE Latibex en 2010 fue del 9,7%.
En 2010 la Bolsa española ha dado pasos muy importantes en la implementación y puesta en marcha del primer trade repository europeo, REGIS-TR, en el marco de la búsqueda de transparencia en las operaciones de derivados OTC, negociados fuera de los mercados organizados a través del uso de registros de operaciones por parte de todas las contrapartidas, incluyendo las no financieras.
2010 ha sido un año también intenso en iniciativas regulatorias que persiguen como objetivo mitigar la difícil situación económica y fortalecer la confianza en el sistema financiero español. Entre las medidas excepcionales, dos han tenido gran repercusión: la reforma del mercado de trabajo y el plan de reducción del gasto público. También a través de medidas excepcionales se ha realizado la reforma del Régimen Jurídico de las Cajas de Ahorro para que, entre otras cosas, puedan emitir cuotas participativas con derechos políticos o crear bancos con capital dividido en acciones ordinarias.