Una subasta es la manera más justa de determinar el precio de algo. Estamos acostumbrados a ver en la televisión como se subastan piezas de arte, trasteros, etc… donde siempre hay un solo oferente y varios demandantes que van pujando hasta que el que ofrece más dinero se queda el activo. Son subastas al alza. Por otro lado, también existen subastas a la baja, llamadas holandesas(1) donde el oferente comienza con un precio alto y va bajando hasta que alguien está dispuesto a comprar. Se suelen utilizar este tipo de subastas cuando alguien tiene prisa por vender algo. Este tipo de subastas a la baja también se utilizan a menudo cuando una empresa quiere contratar un determinado servicio y pone en competencia a varios proveedores. Normalmente hay un precio de reserva por debajo del cual se considera que no se puede prestar el servicio.
Este tipo de subastas al alza y a la baja se suelen hacer cuando hay un solo oferente y muchos demandantes o un solo demandante y muchos oferentes. Pero… ¿qué ocurre cuando hay muchos demandantes y muchos oferentes? Es lo que ocurre en bolsa cuando queremos determinar un precio justo, ponemos de acuerdo a todos los oferentes y demandantes para que decidan entre todos el precio. En jerga, nosotros decimos que "sancionan" los precios.
En los mercados financieros, no solo en BME, ya que ocurre en casi todas las bolsas de mundo, es una herramienta que utilizamos muy a menudo, vamos, todos los días. De esta manera tenemos subastas de apertura, subastas de cierre y, ocasionalmente, subastas de volatilidad.
Todas las subastas que se realizan en la bolsa funcionan de la misma manera. Hay un periodo de tiempo en el que se reciben las órdenes de compra y venta con precios y sus volúmenes asociados, durante este periodo no se casará ninguna orden y se determinará el precio de equilibrio de la subasta. Cuando termine la subasta, se utiliza un cierre aleatorio de 30 segundos, todas las órdenes de compra-venta que se puedan casar, lo harán al precio de equilibrio.
Cuadro 1. Pantalla con la subasta de apertura de Iberdrola del día 21 de septiembre de 2023. Fuente: SIXiD.
Durante el periodo de subasta, se pueden introducir, modificar o cancelar órdenes (algunas de las cuales pueden haber sido introducidas en días anteriores) en ningún caso se ejecutarán negociaciones. Sin embargo, durante toda la subasta, ya sea de apertura, cierre o volatilidad, se difunde en tiempo real un precio de equilibrio, así como los volúmenes de equilibrio a la compra y a la venta.
A continuación vamos a explicar con detalle el algoritmo que se aplica para el cálculo de dicho precio de equilibrio, el cual se basa en cuatro reglas que garantizan una formación de precio eficiente (punto de corte entre la oferta y la demanda). Por lo tanto, el precio de la subasta se calcula en tiempo real y es fruto de la aplicación de las siguientes cuatro reglas:
Pongamos un ejemplo que nos permita analizar el algoritmo de cálculo del precio de equilibrio de una subasta Para ello vamos a trabajar con la pantalla disponible en supervisión de mercado en Sociedad de Bolsas que mostramos en el cuadro 2; ya que, como hemos explicado anteriormente, durante la subasta esta información no se difunde, siendo el libro de órdenes parcialmente visible y reflejando sólo el precio de equilibrio tal y como vemos en el cuadro 1.
Cuadro 2. Pantalla de órdenes en terminal SmartStation de SIBE. Esta pantalla sólo está disponible en supervisión, ya que ofrece información no pública. Fuente: elaboración propia.
A continuación, analizaremos la situación para calcular el precio de equilibrio de la subasta, resumiendo en el cuadro 3 el resultado de aplicar los cuatro criterios del algoritmo anteriormente descrito.
Cuadro 3. Resumen de la información contenida en el cuadro 2 y análisis para la determinación precio equilibrio. Fuente: elaboración propia.
En primer lugar, a partir de las órdenes de compra y de venta introducidas, intentaremos determinar a qué precio se negociarían mayor número de contratos (21,45 ó 21,47):
En el lado de las compras, hay órdenes de mercado (M) por 600 títulos, es decir, que están dispuestos a comprar 600 acciones al precio al que se resuelva la subasta, independientemente del que sea, y por lo tanto comprarían a 21,45. También hay una orden que está dispuesta a comprar pagando un precio máximo de 21,47, por tanto si la subasta se resolviera a 21,45 (que es un precio mejor) también compraría. Todo esto suma 1.600 títulos.
En el lado de las ventas, existen órdenes de mercado por 800 acciones que están dispuestas a vender al precio al que se resuelva la subasta. También hay una orden dispuesta a vender 1.000 títulos a 21,45. Todo ello suma 1.800 títulos. Ver cuadro 3.
En el lado de las compras, como hemos visto anteriormente, hay órdenes de mercado por 600 títulos, por tanto comprarían a 21,47. También hay una orden que está dispuesta a comprar como máximo a 21,47. Todo esto suma 1.600 títulos.
En el lado de las ventas, además de las órdenes de mercado por 800 títulos que están dispuestas a vender al precio al que se resuelva la subasta, también hay una orden dispuesta a vender 1.000 títulos a un precio mínimo de 21,45. Por tanto, si la subasta se resolviese a 21,47 (que es un precio mejor) también vendería. Todo ello suma 1.800 títulos. Ver cuadro 3.
Una vez resumida en el cuadro 3 la información analizada, el mínimo de los volúmenes calculados a la compra y a la venta para cada precio sería el que se negociaría en mercado. Puesto que en ambos casos se negociarían 1.600 títulos, el primer criterio del algoritmo no es suficiente para poder determinar el precio de subasta.
Veamos el segundo criterio (mínimo desequilibrio):
Por tanto, este segundo criterio tampoco es suficiente para determinar el precio de subasta, por lo que pasamos al tercer criterio (presión de mercado) que identifica el peso de cada lado. Como se aprecia en el cuadro 2, el precio 21,47 está en el lado de las compras y pesa la suma de los títulos a la compra, 1.600, mientras que el precio 21,45 está en las ventas y todas estas pesan 1.800 títulos. Puesto que el precio 21,45 pesa más, con este tercer criterio ya se puede determinar el precio de subasta y no es necesario pasar al cuarto criterio.
El precio de subasta sería 21,45 en virtud del tercer criterio como se observa en el cuadro 4.
Cuadro 4: Pantalla de profundidad de mercado de SmartStation.Se observa como durante la subasta (en verde) no se muestran profundidades y el único precio mostrado es el de equilibrio, al cual se resuelve la subasta.
Como veis, este cuadro 4 que contiene un valor ficticio, sería el equivalente al cuadro 1 con el que hemos empezado el artículo en el que estaba Iberdrola en la subasta de apertura.
Como hemos comentado, cuando termine el periodo de subasta con ese cierre aleatorio de 30 segundos, se producen todos los cruces al precio de equilibrio. En el caso de la subasta apertura, en ese preciso momento comenzará la negociación continua, tal y como podéis apreciar en el siguiente cuadro 5. En él podéis ver ya todas las ordenes, es decir todas las propuestas de compra y de venta. Durante la negociación continua, tal y como indica su nombre, si una orden es introducida al mismo precio que otra orden de sentido contrario, se producirá la negociación instantáneamente.
Cuadro 5. Pantalla de negociación continua de Iberdrola en BME. A día 21 de septiembre de 2023. Fuente: SIXiD.
Fuentes y notas:
1 Se llaman subastas holandesas porque así se hacían las subastas de tulipanes holandeses, en Holanda este tipo de subasta es llamado 'Subasta China'.
Fuente: Funds People, en colaboración con Enrique Castellanos, director de Instituto BME.
Las subastas en la bolsa (Parte II) 3 de noviembre de 2023 |
Las subastas en bolsa (Parte III) 4 de diciembre de 2023 |