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Las infraestructuras de post-contratación optimizan la disciplina de liquidación

Impulsada por la regulación y los plazos de T+1, la disciplina de liquidación es una prioridad estratégica para la industria de post-contratación, tal y como explica Jesús Benito, Head of Domestic Custody and TR Operations de SIX.
26 de febrero de 2025

CSDR y T+1 obligan a replantear la liquidación

Fue la introducción en 2022 de sanciones monetarias por fallos en las operaciones bajo el Régimen de Disciplina de Liquidación (SDR) del Reglamento de Depósitos Centrales de Valores (CSDR) de la UE, lo que inicialmente sacudió a la industria para actualizar sus prácticas de liquidación.

El SDR fue seguido poco después por la transición al ciclo de liquidación T+1, primero en India y luego en América del Norte. El próximo gran hito para la industria se espera para el 11 de octubre de 2027, cuando la UE, el Reino Unido y Suiza implementarán T+1 el mismo día.

Aunque la industria ha avanzado considerablemente en la reducción de su ratio de fallos en la liquidación, en parte gracias al CSDR, aún queda trabajo por hacer.

Fallos de liquidación: Por qué ocurren

La tasa de fallos a menudo está determinada por una serie de variables, incluyendo la naturaleza de la clase de activo subyacente, el tipo de transacción y el tamaño del mercado.

Por ejemplo, los mercados de acciones suelen tener una tasa de liquidación más baja que los mercados de bonos, sin embargo, son los fondos cotizados (ETFs) los que tienen peor tasa, lo que sugiere posibles deficiencias estructurales en ese segmento particular.

Los mercados más grandes también tienden a tener peores tasas de liquidación debido a sus mayores volúmenes de operaciones transfronterizas y a la complejidad de los productos, como los ETFs y los productos cotizados.

Hay muchas otras razones por las que las operaciones no se liquidan según lo planeado.

Según la Asociación Europea de Depositarios Centrales de Valores (ECSDA), la falta de valores registrados antes de la entrega es la principal causa de fallos en la liquidación de operaciones hoy en día.

Otros problemas comunes son los datos de referencia incompletos o inexactos, la mala calidad de la información facilitada por las contrapartes, las ineficiencias internas debidas a la ausencia de procesamiento directo (STP) o a errores manuales, la ausencia de normas de mercado y las limitaciones de la infraestructura de mercado, es decir, la falta de algunas funcionalidades relevantes en las Entidades de Contrapartida Central, los Depositarios Centrales de Valores y las plataformas de case.

Otra causa de fallo, aunque menos frecuente, es la venta al descubierto, en la que los participantes venden un valor que no poseen.

Aunque son más difíciles de predecir, la volatilidad del mercado o acontecimientos inesperados, como la crisis de Covid-19, la guerra de Ucrania, etc., también pueden tener un impacto negativo en las tasas de liquidación de las operaciones.

Trabajemos juntos para mejorar los índices de liquidación

Aunque no le faltan críticas a la CSDR, el régimen sancionador parece estar cumpliendo su función, ya que los miembros de la Asociación de Mercados Financieros de Europa (AFME) informan de que los índices de fallos en la liquidación en la UE se han reducido a la mitad desde 2022, y ahora son comparables a los de Estados Unidos.

Otros mercados podrían tal vez aprender de la CSDR, o incluso reproducirla, ya que podría tener un impacto materialmente positivo en la disciplina de liquidación. No obstante, si esto ocurriera, es vital evitar a toda costa el arbitraje regulador. 

Los ratios de liquidación podrían mejorarse aún más si el sector introdujera algunas adaptaciones en sus procesos tecnológicos de middle y back office, especialmente antes de T+1. Esto puede lograrse siguiendo algunos pasos que se describen a continuación.

Esto puede lograrse siguiendo unos sencillos pasos.

Gracias a la introducción de STP y a la automatización, y permitiendo únicamente las intervenciones manuales en casos excepcionales, los índices de liquidación aumentarán.

La mejora de la calidad de los datos internos, la posible creación de una base de datos común de la industria y la identificación correcta de la contraparte, el producto y la identificación del tipo de operación mediante un uso más amplio de los identificadores de entidad jurídica (LEI), los identificadores únicos de producto (UPI) y los identificadores únicos de operación (UTI) también permitirán aumentar la eficiencia de la liquidación y facilitarán la transición a T+1.

A nivel de los Depositarios Centrales de Valores, las prácticas de liquidación podrían beneficiarse de los esfuerzos adicionales de armonización en todo el mercado, junto con la puesta a disposición de mecanismos de retención y liberación y liquidaciones parciales. Algunos han sugerido que los Depositarios Centrales de Valores ofrezcan programas de préstamo de valores, añadiendo que la legislación o el tratamiento fiscal no deben impedir o dificultar su uso para resolver los fallos de entrega al final del día.

Del mismo modo, los mismos métodos para estimar y evaluar la eficiencia de la liquidación deberían normalizarse y ponerse a disposición del público, al igual que la información detallada sobre los propios fallos de liquidación, por ejemplo, a nivel de clase de activos, tipo de operación, etc.

Aprovechar las tecnologías disruptivas también podría ayudar a reducir los índices de operaciones fallidas.

Algunos proveedores con visión de futuro ya están utilizando sofisticados análisis de datos para desglosar e identificar patrones de fallos en la liquidación en el mercado.  Por otra parte, se está utilizando la Inteligencia Artificial (IA) para predecir posibles fallos de liquidación en el futuro, analizando, por ejemplo, el número de identificación de valores internacional (ISIN), la contrapartida, el tipo de operación, su tamaño, los tipos de interés, las condiciones del mercado, etc., y trazando un mapa de cualquier tendencia perceptible de fallos en las operaciones. 

Preparación para octubre de 2027

La Directiva CSDR ha dado un empujón a los proveedores europeos de servicios de post-contratación en la dirección correcta en lo que respecta a la disciplina de liquidación, pero T+1 va a dar un paso más. La automatización de los procesos internos y la adopción de tecnologías disruptivas serán esenciales para que los procesos de liquidación del sector estén preparados para el 11 de octubre de 2027.

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